Todo le sonríe a su alrededor desde hace unas semanas. Acaba de descubrir un mundo nuevo, y está encantada, ilusionada… ¡Está feliz! Al instante se dibuja en ella una sonrisa de oreja a oreja cuando le mencionas la palabra moto.

 

Llega contenta al trabajo, sin agobios; todo son facilidades para ella, entra y sale de las zonas restringidas de Madrid, aparca sin problemas, y entre bromas se le escapa que hasta ligó esperando el verde del semáforo; pero lo más importante es que se mueve sin ese miedo a contagiarse de coronavirus que tanto le atormentaba.

Ana Martín Martín (Madrid, 23) es uno de los muchos profesionales de la Sanidad que en los últimos meses han sufrido muchos temores y angustias. Solo pensar en salir a la calle les provocaba cierto estrés y pánico. Para Ana los tres trasbordos en metro y los 75 minutos hasta llegar al Hospital Niño Jesús, en Madrid, y otro tanto para volver a casa eran un calvario. Un miedo agobiante por el temor a contagiar a personas vulnerables y enfermas, más que por contagiarse ella misma.

Su actitud responsable le llevó a tomar medidas. Algunos familiares le animaron a desplazarse en motocicleta. Ahora tras esta decisión inteligente solo se lamenta de no haberlo hecho antes. “Llego feliz al hospital, sin miedo a contagiar a los enfermos”. Y a este hecho extraordinario, Ana añade un sinfín de ventajas que le aporta la moto, en lo que se refiere al ahorro de tiempo y dinero, y a la comodidad.  

Esta alegría la comparte con todo el mundo, con su familia, con su círculo de amigos, con sus compañeros del hospital…; tanto es así que ahora algunas compañeras quieren seguir el camino de Ana y moverse en un scooter. En concreto, quieren el mismo modelo: un KYMCO Like 125 y en rojo.

  Me siento muy segura, para mi estatura y peso, el KYMCO Like 125 es ideal, y es super bonito»-. Ana Martín Martín (23), Madrid.

 

Su entusiasmo ha animado incluso a su madre, que ha despertado en ella una necesidad de movilidad segura. “Mi madre me ve tan feliz que ella quiere también una moto”. Autónoma y sin carné de coche, la madre de Ana teme que un contagio pueda tambalear el bienestar de su familia y su trabajo. “Un ciclomotor es, sin duda, lo que más le conviene a mi madre”, le aconseja Ana.

 

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