“¿Y de qué me sirve tanta seguridad en el hospital si luego me meto en el metro?". Esta reflexión le llevó a Cristina a moverse en coche, pero pronto, la dificultad de aparcamiento y su elevado coste le hicieron buscar fórmulas más eficientes: el nuevo Super Dink 350 TCS le permite hacer frente de una manera segura a la segunda ola de la pandemia. 

Vivió la primera ola del coronavirus con valentía, recién salida de la baja maternal y al pie del cañón a pesar de las complejidades y el cansancio acumulado, y siempre con todas las precauciones que estaban a su alcance para evitar contagiarse. Un día, en pleno pico de pandemia, cuando todo el Hospital de La Princesa de Madrid donde trabaja como fisioterapeuta era Covid, cuando todo estaba contaminado y todos los sanitarios iban en los trajes de máxima protección, pensó: “¿Y de qué me sirve tanta seguridad en el hospital si luego me meto en el metro?”.

En este primer momento, la elección de Cristina Domingo (Madrid, 44) fue clara: coche; era la protección que necesitaba en los trayectos del hospital a casa y de casa al hospital durante la primera ola, con un bebé al que dejaba al cuidado de familiares mientras trabajaba. “Todas las historias personales que hemos conocido en el hospital, verdaderos dramas, aquellos matrimonios ingresados y los hijos solos en casa, o toda la familia ingresada pero no todos salían adelante… Todo ello te hace vivir esta terrible situación de una manera más responsable, pero también con una culpabilidad enorme si llevas el virus a casa y deriva en una tragedia más”.

Cuando retiraron las plazas de aparcamiento especiales para los sanitarios, Cristina cambió el coche por la moto de 250 cc que tiene de fin de semana. “Pero en la moto se pasa mucho frío, y cargar con el casco, la chaqueta, la mochila es incomodísimo, además del protocolo especial que hay que seguir cuando entro con todo ello al hospital para que no se contamine”.

El miedo persistía en ella. La medida definitiva para encarar esta segunda ola Covid, con un invierno duro por delante, ha sido sin duda el scooter, el rey de la movilidad urbana. En busca de comodidad y seguridad, se decidió por el de mayor capacidad de carga, la familia Super Dink de KYMCO. Ahora deja la chaqueta, el casco y la mochila en el maletero, sin riesgo de que se contaminen, y se protege del frío con una manta especial. 

  «Trabajar en el hospital te hace vivir esta terrible situación de una manera más responsable»-. Cristina Domingo (44), Madrid.

Cristina eligió el modelo Super Dink 350 cc, ya que necesitaba más motor que el urbano de 125 cc y mayor seguridad (equipa de serie el Sistema de Control de Tracción), ya que por las tardes se traslada a la clínica que montó hace 15 años, Fisiosalud Majadahonda, a las afueras de Madrid.

Emprendedora y enérgica, Cristina piensa sacarle todo el partido a su nueva forma de moverse. Está deseando disfrutar del Super Dink 350 también en los paseos de fin de semana por El Pardo o El Escorial, pero también, de sus salidas al teatro: “Lo tengo claro: el abrigo y los tacones cuando pase el coronavirus los llevaré en el maletero”.

 

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