• Diseñados para que los usuarios disfruten de la mejor experiencia de diversión en el nuevo ocio al aire libre, más sostenible y de mayor respeto por la Naturaleza

«Estamos ante vehículos icónicos y majestuosos diseñados para un nuevo ocio, más saludable, de respeto máximo por el medio ambiente, seguro y divertido. La vuelta de KYMCO España al mercado de ATV tiene que ver con los principios y valores de la marca, nuestra forma de hacer las cosas, de superarnos y de innovar»,  ha subrayado Ernesto Ko, presidente de KYMCO España, durante la Presentación Oficial de la vuelta de KYMCO al ATV, ante un grupo de Prensa convocado el 3 de junio en el Valle de Tena, en el pirineo Oscense, para la realización del primer test ride de los primeros modelos, el pequeño MXU 300, y el majestuoso MXU 700, con un equipamiento de lujo. 

«Nuestro principal deseo es que la gente tenga la mejor experiencia y diversión en el campo y que puedan disfrutar de la Naturaleza y de los espacios de gran belleza como en el que nos encontramos», ha subrayado tras introducir la gama MXU, que ha sido la de mayor éxito y reconocimiento de la historia de KYMCO. 

«El nuevo MXU 700 se presenta con una gran capacidad de movimiento, que muestra el gran espíritu aventurero y su capacidad para llegar a cualquier travesía«, ha explicado José Mª Sanjuan, director de Posventa de KYMCO España. Sus ángulos de salida y ataque se sitúan en 63º y 66º, ambos clave para determinar la inclinación de la rampa a la hora de entrar o salir de ella. Por su parte, el ángulo ventral se sitúa en 128º (cuanto mayor es el ángulo del vehículo mayor es su capacidad para superar las posibles crestas del terreno).

La ruta del ‘Test Ride’ Oficial MXU 300/700

El test ride en grupo partió a primera hora de la mañana del margen izquierdo del Río Gállego, uno de los principales afluentes del Ebro, en las inmediaciones del pequeño pueblo de Piedrafita de Jaca, un enclave natural idílico, rodeado de cimas de 3.000 metros de altura (Macizo Balaitús, Pico Viñamala…), de gran belleza y armonía medioambiental.

Continuamos al otro lado del río, donde se encuentra el pintoresco y acogedor pueblo Hoz de Jaca, al que agradecemos públicamente todos los esfuerzos realizados desde la alcaldía en la gestión de los permisos de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, que han hecho posible este evento. Cruzamos por tramos con cambios de altura, pistas off road de rodadas sencillas, rutas y caminos de frondosos bosques de pino rojo, bojes y ejemplares de hayas centenarias. Divisamos el Embalse de Búbal desde espectaculares miradores, un paraíso natural donde tuvimos la oportunidad de observar una pareja de quebrantahuesos, y otras aves de gran tamaño como el buitre leonado que habitan en la zona.

Alcanzamos el Ibón de Asnos y el Ibón de Sabocos, a 2.060 metros, donde con atención pudimos ver marmotas alpinas, el roedor más grande de Europa, con sus agudos gritos tan llamativos. Coronamos el Cerro Cuartalé o Pico Mandilar. Vistas espectaculares, desde don contemplamos la maravillosa estampa del Pirineo, desde Peña Telera (2.764 metros), Pico Anayet (2.515 metros), Midi d’ Ossau (2.884 metros) hasta Peña Foratata (2.341 metros), así como los pueblos del Valle de Tena, Piedrafita, Tramacastilla, Sardinies, El Pueyo de Jaca, Escarrilla, Formigal, Sallent de Gállego y Panticosa. Al otro lado, observamos la gran lengua  nevada, protegida por Peña Roya (2.578 metros) a un lado, y Peña Blanca (2.555 metros) al otro. 

En el descenso, ya de vuelta, hicimos una parada en el refugio de «Las Ruablas» para el almuerzo, situado en una amplia pradera de alta montaña, y con la agradable  compañía de la alcadesa de Hoz de Jaca, Esperanza López Sanz, con quien charlamos sobre el deseo y los esfuerzos de todos de disfrutar de nuevo de la Naturaleza y el ocio al aire libre con todo el respeto que se merece el medio ambiente.